El 11 de enero de 1820 el Congreso de Angostura, a petición de El Libertador, Simón Bolívar, decretó la abolición progresiva de la esclavitud en todo el territorio nacional.
El objetivo de dicha solicitud era la de sumar a los esclavos a la causa republicana que todavía no participaban en la guerras por la independencia.
Este decreto eliminaba aquella frase de la tradición colonial que decía “vientre de esclavo engendra esclavo”, por lo que la esclavitud llegaría a su final en cuestión de tiempo, liberando a las generaciones futuras.
Cabe destacar que esta no fue la primera acción a favor de estos prisioneros, una vez que en 1810, pasados los hechos de Proclamación de la Independencia de Venezuela, se había prohibido la introducción y venta de cautivos en todo el territorio nacional.
Ya para 1811, se había acordado la libertad de aquellos esclavos que quisieran alistarse para combatir a favor de la República.